iba a escribir sobre ti en la tarde, y luego me calmé y dije que no valía la pena, que no iba a darte tanta importancia. pero luego estuve yendo y viniendo de la calma a esta angustia penca todo el día, y ahora mismo mandé todo a la mierda, mi trabajo, mi salida y a todos, y pienso qué más da, voy a cerrar esta weá. voy a escribir en resumidas cuentas todo lo que sentí y quizás aún sienta, todo lo que ni siquiera me atrevía a escribir de forma explícita acá, porque no quería aceptarlo, porque estaba mal sentirme así hacia ti o sobre ti. se supone que estaba mal.
te odio por esa weá que dijiste, porque yo era la que durante mucho tiempo decía que no me importaba trabajar contigo, la que no se atrevía a decir cosas malas de ti, primero porque no las veía y después porque estaba tan, pero tan celosa de ti. te odio por haber dicho que manipulaba, porque algún efecto asqueroso causaste que me perjudicó de alguna forma y yo en cambio no me atrevía a decir cosas malas de ti, por lo menos no sobria, y en cambio me culpaba una y otra vez por estar celosa e insegura y pagarla contigo a veces. incluso me disculpé contigo.
te odio porque mi mejor amigo ya no era mi mejor amigo cuando estaba contigo, y yo quedaba aparte, y sabías cómo me sentía y me entendías sólo hasta que algo de lo que hiciera te incomodaba, y entonces todos tus consejos de mierda y tu supuesto apoyo se convertían en nada.
te odio porque por mucho tiempo, muchísimo tiempo, me sentí siempre en segundo lugar, siempre después de ti, aunque yo era mucho mejor amiga que tú, aunque yo hacía todo lo que tú no hacías ni se te ocurría siquiera hacer, aunque yo estuve en todas las tormentas, en todos los naufragios y tú en ninguno, siempre parecía tan importante contarte después y saber qué tenías que decir al respecto. tenías ese derecho sin siquiera haberte mojado con una sola gota de lluvia, y me parecía tan injusto. no entendía qué mierda tenías que yo no, qué te hacía ser prioridad o más importante, si te reías de la gente, incluso de tu supuesta mejor amiga, no entendía cómo es que yo siempre quedaba después cuando de ti se trataba. y pasé tanto tiempo preguntándomelo, tanto puto tiempo que si alguien pudiera medirlo le parecería insólito.
te odio porque te abrí mi mundo, te dejé acercarte a mi casa y mi familia, a mis sentimientos más vergonzosos y a mi forma de ser real, la que no le muestro a casi nadie porque realmente no conecto con mucha gente. te odio porque me dijiste que tenían que soportarme ustedes a mí, a pesar de que te cuidé durante semanas cuando te dieron las crisis, a pesar de que fui de las personas que te ayudó cuando te echaste un ramo que te atrasaba, a pesar de todas la cosas que hice, a veces por culpa (culpa merecida o inmerecida, hay de ambas) pero también por cariño, porque te quería, y eso me importaba lo suficiente como para aguantarme todo lo otro, aunque no lo disimulara bien, por la mierda, hacía estos esfuerzos inauditos por aguantarlo. por cambiar. porque algo tenía que estar mal conmigo.
te odio, no por el trabajo, no por la tesis, no por toda la injusticia por la que puede tenerte rencor el resto. te odio porque fuiste sin querer mi peor pesadilla. porque fuiste la más querida, la más graciosa e importante a pesar de que no hacías nada y yo lo hacía todo, a pesar de que tú muchas veces rompías y yo reparaba. te odio porque representas el nivel más horrendo de inseguridad y odio a mí misma que he sentido últimamente, el más profundo cuestionamiento a mi forma de ser y pensar y sentir, la peor de las crisis de identidad y autoestima que he tenido en mi adultez. te odio porque me siento como si necesitara viajar en el tiempo, y decirle a la niña que lloraba ebria o se cortaba en su baño por ser tan injusta y egoísta y celosa y dependiente, que no tenía por qué sentirse culpable de nada, que era mejor que eso, que era la mejor y no necesitaba probárselo a nadie. que era un honor tenerla como amiga, que todo el esfuerzo que estaba haciendo, aunque no funcionara, era algo hermoso. que yo era hermosa, aunque me sintiera horrible. que soy más hermosa que tú aunque sea mil tallas más grande y no sea lesbiana y cool y sea una heterosexual normalucha y que no se pone a secretear en los carretes.
yo siempre fui mejor y daría lo que no tengo por recuperar ese año y algo, y haberlo sabido de la forma en la que lo sé ahora. que no valía la pena nada, ninguna lágrima, ningún corte, ningún nada sobre ti o lo que tuviera que ver contigo. que nunca debí preocuparme de haberte hecho sentir mal, ni siquiera cuando éramos amigas. porque esa preocupación era la prueba de que yo era buena, y con eso bastaba y debí saberlo. en vez de haber intentado cambiar o desaparecer en la decoración para no molestarlos.
te odio porque eres el símbolo de lo peor que he estado y me he sentido sobre mí misma, y es una herida que ciertamente nunca va a desaparecer, y con suerte cicatrizará algún día cuando recupere todo lo que perdí.
te odio, y te odio, y cuando deje de odiarte de la forma en que te odio será para yo sentirme mejor, sin desearte mal ni bien, simplemente sin pensar en tu existencia. porque lo único que quiero es que pases a ser un ser humano más, no esta cosa que todavía me da dolor de guata y me hace llorar de rabia cuando pienso en todas las pequeñas cosas, todas las grietas que se me fueron haciendo en el corazón. te odio tanto que me duele, y a veces, como hoy, es insoportable.
te odio porque me odié por tu culpa, y nunca voy a perdonártelo.